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Entrevistamos a Jordi Muñoz, codirector y fundador de El despertador y codirector del Instituto de Ecología Emocional España

05 · Julio · 2021

“Las personas somos música. Cada persona tiene su propia ISO (Identidad Sonora), que es única e intransferible porque que va ligada a la historia de vida de la persona y a su sensibilidad”

Jordi Muñoz estudió Humanidades, tiene un Máster en Coaching Transformacional por el Instituto Gestalt y Musicoterapia por la Esmuc. También diplomado en Formación de Formadores/se, es el pensador y quien creó El despertador, un proyecto que acompaña procesos de cambio y de autoliderazgo personal y profesional. Actualmente, también ha asumido la dirección, junto con Anna Soriano, del Instituto de Ecología Emocional (IEE) a nivel estatal, que ofrecerá un Máster en Ecología Emocional a partir de octubre.

El despertador colabora con la Fundación Villavecchia desde el año 2017, ofreciendo formación para el equipo de voluntariado y sesiones de acompañamiento puntuales para familias. “Para mí y para todo el equipo es un privilegio poder colaborar con la Fundación; creo mucho en sus valores y en cómo se trabaja, desde la humildad y el compromiso con el bienestar en el cuidado y la atención de las personas. No ha habido ninguna formación donde no haya visto al equipo de voluntariado contento y feliz de sentir la camiseta de la Fundación, y desde El despertador estamos encantados de podérnosla poner también de vez en cuando, nos identificamos mucho y nos la ponemos con orgullo”.

Jordi conoció Arantxa de Lara, jefe de voluntariado de la Fundación Villavecchia, en 2017, en una formación sobre el trabajo en equipo que llevaba por título “Reuniéndonos con nuestra mejor versión”. Recuerda que conectaron mucho, y que sintió que partían de la misma mirada y sensibilidad, y ella enseguida le propuso hacer formaciones para el equipo de voluntariado de la Fundación. Desde entonces ha hecho varias actividades de teambuilding y formaciones relacionadas con el trabajo en equipo, el autoconocimiento, la gestión emocional y del cambio, a través de disciplinas como el Coaching, la Ecología Emocional, el Swing y la Musicoterapia. Este jueves, sin embargo, ofrecerá junto con Quim Chico, una sesión muy especial, porque será la primera formación presencial que se ofrece al voluntariado desde el inicio de la pandemia, y que se hará al aire libre y con todas las medidas de seguridad, al espacio exterior de la Fundación Enriqueta Villavecchia.


La sesión lleva por título “Fluir con la vida”, y busca trabajar desde la parte vivencial y desde la conexión con el propio cuerpo, danzando a través del Swing y buscando conectar con un mismo para poder después conectar con los otros: “El fluir viene siempre del permiso y la aceptación del no hacerlo bien, y es desde esta autenticidad desde donde puedo conectar de verdad con los otros: desde mi verdad. No importa que no tengas ni idea de bailar, lo más importante eres tú; y más en personas como el equipo de voluntariado, comprometidas con ayudar otras personas; si no estoy bien conmigo no podré acompañar y danzar realmente con los demás”.


Jordi ha tenido siempre inquietud de viajar y aprender de vivir en diferentes lugares del mundo y conocer mucha gente; ha vivido a Girona, Lisboa, Granada, Italia, Nicaragua y México. “Mi padre era protésico dental, trabajaba muchísimo; se levantaba cada día a las 6 de la mañana y trabajaba hasta las 8 de la tarde; cuando yo le decía que quería viajar y ver mundo siempre me respetó (como mi madre) esta libertad y me dio alas, todo y que a veces me decía; “Pero y cuando cotizarás?” y yo le respondía que ‘a mí lo que me importaba era cotizar en felicidad’”.

Cuando tenía 21 años, pasó un momento de crisis personal complicado; tocó fondo y se pudo recuperar; y cree que aquel momento fue clave para aportar autenticidad a lo que ha acabado dedicándose, y tener el convencimiento que era posible despertar el bienestar de las personas: “Sé por mi propio proceso, porque lo he vivido y lo entendí, que muchas veces buscamos fuera las respuestas sin entender que las tenemos dentro y que la clave está en nosotros mismos, y en empoderar esta conciencia. Hice un trabajo con la soledad, y cambió mi manera de vivir y de relacionarme”.

Este momento vital y su inquietud para ver mundo hacen que uno de sus poemas favoritos sea “Viatges”, de Miquel Martí i Pol:


“¿On podríem anar que els anys passessin

més lentament? Feixugament sotmesos

a la caducitat del temps, no hi ha

cap viatge que pugui alliberar-nos

per sempre més de dubtes i temences,

i és bo saber-ho sempre abans d’emprendre’l.

Més enllà de neguits i entusiasmes,

potser el guany dels viatges és l’espai

que hi descobrim de nosaltres mateixos,

i que tal volta hauria restat fosc

sense la llum d’aquelles noves rutes.”



Siempre se ha relacionado estrechamente con el voluntariado y el compromiso social; participó en un proyecto de educación popular con una brigada de alfabetización a comunidades rurales del norte de Nicaragua el 2003 y colaboró como observador internacional de los Derechos Humanos en las comunidades indígenas en Chiapas, México, donde vivió del 2014 al 2015.


Volviendo de los viajes empezó a trabajar en ONG’s como Médicos Sin Fronteras y acabó formando a las personas que tenían que explicar los proyectos de la entidad, y motivándoles en la sensación de propósito de la labor que hacían; y es aquí donde entró en contacto con el coaching: “Alguien me dijo: ‘Hey, he hablado con alguien que hace lo que haces tú con nosotros, pero con la vida de la gente’. Y estudié el Máster de Coaching Transformacional y aquello me acabó llevando a acompañar a las personas a vivir mejor”.

Jordi tiene una conexión especial con la música desde muy pequeño; toca el piano y siempre ha sentido que la música le acompañaba , hasta el punto de que se formó en Musicoterapia y Arteterapia para poder trabajar y ayudar al bienestar de las personas usando como herramienta esta vertiente artística: “Las personas somos música. Cada persona tiene su propia ISO (Identidad Sonora), que es única e intransferible porque que va ligada a la historia de vida de la persona y a su sensibilidad; despierta nuestro mundo emocional latente y nos llega y comunica y transmite sensaciones; nos evoca memorias y situaciones. Con la Musicoterapia entras a una dimensión más inconsciente del resonar, y con el Coaching puedes desde el consciente pasar a la acción y trabajar la parte más transformadora de la persona”.

“Le queremos poner palabras a todo y hay cosas que no se pueden explicar; y que en cambio, la música puede transmitir, porque hace magia y llega a todas partes”-opina.


Le pedimos que conecte con la que cree que podría ser esta identidad sonora de la Fundación Villavecchia para él, y que si puede ser nos lo explique en forma de canciones. Y lo piensa bien porque quiere dar una respuesta lo más cuidadosa posible, pero después de una pausa lo tiene claro: “Necesitaría una playlist entera para explicar diferentes aspectos que me resuenan de la Fundación... Pero para resumir elegiría estas cinco”.


Le pedimos permiso para explicarlo con música pero a través de sus palabras, y nos dice que sí. Aquí desglosada la ISO de la Fundación Villavecchia para Jordi Muñoz, del despertador:


“Estas dos, por el cuidado de las personas y la vocación de servicio y acompañamiento que respiran”:

Cuídame (Jorge Drexler y Pedro Guerra):

People help the people (Birdy): 

“Esta, porque precisamente hay muchos endings and beginnings en el acompañamiento, en los procesos, en las relaciones, siempre pero con esta delicadeza y ternura”:

An ending a beginning (Dustin O’Halloran):

“Y estas últimas por la sensibilidad y amor que me conectan con el que hacéis en la Fundación, y con vuestra mirada del mundo”:

Let’s play birds (Fismoll):

Mistery of love (Sufjan Stevens): 

Muchas gracias por compartir tu historia, tu música y tu identidad sonora, Jordi! Y por tantos aprendizajes durante estos años!